El término mensaje subliminal fue popularizado en un libro de 1957 titulado The Hidden Persuaders, de Vance Packard. Este libro detallaba un estudio llevado a cabo en el cine Fort Lee (Nueva Jersey) en el que supuestamente se habían insertado órdenes de beber Coca Cola y comer palomitas de maíz con incrementos en las ventas durante los intervalos (un 18% y 57%, respectivamente). Y aunque años más tarde el autor mismo del estudio, James Vicary desmintiera la veracidad del experimento, la mecha quedó encendida. En 1973, el libro de Wilson Bryan Key Subliminal Seduction (Seducción Subliminal) proclamó que las técnicas subliminales estaban siendo utilizadas ampliamente en la publicidad. El texto, contribuyó al clímax general de temor junto a las novelas de Orwell, acerca de los mensajes subliminales. La preocupación popular llegó a un extremo tal de llevar a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) a declarar la publicidad subliminal, "contraria al interés público", por su intención engañosa.
EJEMPLOS
Puede ser por ejemplo, inaudible para la mente consciente pero audible para la mente inconsciente o profunda; puede ser también una imagen transmitida de un modo tan breve que pase desapercibida por la mente consciente pero aún así, percibida inconscientemente.
El MENSAJE SUBLIMINAL COMO PSEUDOCIANCIA
La disputa subyacente de los mensajes subliminales es tachada a menudo de pseudociencia. De todos modos el concepto es muy popular entre los teóricos de la conspiración, y la mayoría de la gente que vive en zonas saturadas por los medios está familiarizada con el término.
El hecho de que los ejemplos referidos a este tema apenas han variado pese al paso del tiempo, puede interpretarse como otro factor que desacredita esta teoría
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